01 Oct Las posiciones defensivas de Fonz
La localidad oscense de Fonz quedó desde el primer momento en manos republicanas gracias sobre todo a que la guarnición militar existente en Barbastro, el Batallón de Montaña Ciudad Rodrigo nº4, se mantuvo leal al gobierno legítimo. Igualmente y a pesar de estar en retaguardia, Fonz contó con algunas posiciones defensivas que formaban parte de lo que se conoció como Línea fortificada del Cinca. El orígen de la citada fortificación de la Línea del Cinca hay que buscarlo en el gobierno de la Generalitat de Cataluña. De hecho, precisamente en Cataluña, que se mantuvo fiel a la causa republicana, rápidamente surgió la idea de conquistar Zaragoza, una ciudad con una importante presencia obrera y que por su situación estratégica, tenía que servir para enlazar con el Norte peninsular así como con Madrid, territorios donde tampoco había triunfado la sublevación. Con este objetivo, y tan solo tres días después de iniciarse el conflicto, el 21 de julio; el mismo presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, creaba el Comité Central de Milicias Antifascistas. Desde este organismo se empezó a organizar las diferentes Columnas de Milicias compuestas por voluntarios de diversa índole, donde destacaban sobre todo trabajadores y estudiantes, para tratar de conquistar para la República aquellos territorios donde si que había triunfado la sublevación militar. De este modo, a finales de julio salieron las primeras columnas en dirección a Aragón, donde se estableció un frente que dividió la región en los dos bandos enfrentados. El avance de las columnas se vio frenado a las puertas de Huesca así como en diferentes zonas de Aragón como fueron Almudévar, Leciñena, Quinto, Belchite o Teruel, delimitándose así un frente de más de 600 km desde la frontera pirenaica hasta el sur de la provincia de Teruel y que apenas tuvo variación durante muchos meses de guerra.
Interior de las galerías del emplazamiento artillero de Fonz
Con la estabilización de los frentes, la comarca del Cinca Medio (de la que forma parte Fonz), situada entre la retaguardia catalana y el frente oscense pasó a ser un enclave estratégico cuya importancia industrial y agrícola se demostró vital durante la Guerra Civil para el abastecimiento tanto de la población civil como de las fuerzas republicanas. En localidades como Sariñena, Boltaña, Monzón o Barbastro, toda la actividad bélica dio lugar a una gran organización, ya que estas poblaciones desempeñaron el papel de centros de mando y logísticos, organizando hospitales de sangre, cuarteles, órganos de dirección, suministro de munición y combustible.
Fonz también fue partícipe en lo que se llamó la Línea fortificada del Cinca, un total de 120 km de línea fortificada que la constituyó como la principal línea de resistencia construida en Aragón durante todo el conflicto y con un auténtico valor militar, construida para evitar la invasión de Cataluña por el norte del Ebro. La Línea fortificada del Cinca contó con numerosas construcciones defensivas desde nidos de ametralladoras y refugios, hasta trincheras, emplazamientos para piezas de artillería, caminos cubiertos, observatorios, polvorines y pistas militares.
Mapa de las fortificaciones del sector Fonz-Naval
De hecho en Fonz se construyeron algunas posiciones defensivas pertenecientes a la Línea fortificada del Cinca situadas en las proximidades de la ermita de San José. Entre estas destacaba una pista de 1.900 metros que se construyó desde la misma localidad de Fonz hasta la ermita, así como un observatorio, una trinchera cubierta y algún que otro atrincheramiento de pequeña envergadura. Estas posiciones complementaban a la principal posición que se construyó en este mismo lugar como fue el emplazamiento para una batería de artillería para cuatro cañones de 155 mm.
El emplazamiento artillero de Fonz era uno de los más importantes de la Línea fortificada del Cinca en el sector de Monzón y consistía en un emplazamiento artillero para 4 piezas de 155 mm. Cruzaba sus fuegos con una media sección artillera compuesta de 2 piezas de 75 mm situada en el castillo de Monzón y otra batería también de 75 mm situada en Estada; todo ello proporcionando un amplio radio de fuego.
El emplazamiento artillero de Fonz estaba situado en lo que se conoce como 2ª Línea dentro de la fortificación del río Cinca. Este asentamiento artillero estaba dividido en dos secciones, cada una de ellas construida en galería a través de pasillos subterráneos. Cada sección contaba con una entrada de acceso que llevaba a un pasillo central subterráneo y desde aquí se diversificaba a través de galerías subterráneas hasta los emplazamientos de cada pieza.
Respecto a las piezas artilleras que debían situarse en el emplazamiento, éstas eran 4 cañones Schneider de 155 mm., pieza ampliamente usada por ambos bandos durante el conflicto. Eran piezas de origen francés aunque se fabricaron con licencia en la fábrica asturiana de Trubia a partir de 1920, siendo declaradas reglamentarias en 1922 y pasando a conocerse como Obús de campaña de 155 mm Tiro Rápido Schneider Modelo 1917. Tenía un alcance de 11.500 metros, con una cadencia de tiro de 3 disparos por minuto y un peso en batería de 3.300 kg. Para finalizar cabe decir que la rápida operación llevada por el Ejército rebelde por Aragón en marzo de 1938 dejó inservible la Línea fortificada del Cinca y con ella el emplazamiento artillero de Fonz.