01 May Las fortificaciones litorales de l’Ampolla
Las primeras construcciones defensivas más sólidas que se realizaron en Cataluña y de carácter más permanente fueron las fortificaciones relacionadas con la defensa de la costa, sobre todo en respuesta al bombardeo naval que realizó el crucero franquista Canarias el 30 de octubre de 1936 en la bahía de Roses. Este ataque naval provocó un pánico generalizado en toda la costa catalana ante la primera agresión que recibía la retaguardia catalana y sobre todo por la posibilidad de un desembarco de tropas franquistas en cualquier punto del litoral catalán.
La costa de l’Ampolla no quedó al margen de esta nueva situación y pronto comenzó la vigilancia de su litoral. A partir del ataque del crucero Canarias en Roses, varios grupos de milicianos fueron las primeras fuerzas que se destinaron a vigilar la costa, creándose además observatorios así como construyéndose posiciones defensivas como trincheras y nidos de ametralladoras, además de emplazamientos artilleros.
Sobre estas posiciones defensivas que se construyeron en el litoral catalán, un informe de un oficial inglés que en la primavera de 1937 visitó todas las poblaciones de la costa decía que la población de la Ampolla es encontraba aún más separada de la carretera que unía Barcelona y Valencia que l’Ametlla de Mar, ya que su camino particular para llegar tenía unas 7 millas de longitud[1] . El mismo oficial inglés recogía en su informe que l’Ampolla tenía menos importancia que l’Ametlla de Mar pero aún así contaba con algunas posiciones defensivas que se construyeron en su litoral como eran dos nidos de ametralladoras y cuatro tramos de trincheras.
En cuanto a los mapas republicanos de defensa de costas, l’Ampolla debía contar con las siguientes posiciones:
- Nido de dos troneras con un refugio y muy cerca, hacia el sur, una trinchera de 80 metros.
- Dos nidos de ametralladora en Cala María, comunicados por un pequeño camino hacia un refugio de donde salía un camino que iba a la carretera, desviándose hacia el sur para ir a parar a una trinchera de 40 metros.
- Dos nidos de ametralladoras situados en el puerto de la localidad, siendo una posición muy parecida a la anterior, y consistente ésta en dos nidos comunicados con un pequeño camino hacia un refugio donde salía un camino que iba a la carretera; mientras que al sur del refugio y frente a la costa había una trinchera de 40 metros pero sin conexión con el refugio.
- Dos nidos de ametralladoras en la misma playa de l’Ampolla, cada uno de ellos con dos troneras y un refugio, pero sin estar comunicados entre ellos.
Por otro lado y según informaciones de agentes franquistas, se construyó un nido para dos ametralladoras en la punta del Morro de Gos; un nido sencillo en la Cala Mosca y otro para dos ametralladoras en el puerto de l’Ampolla.
En cambio, un inventario realizado por el ejército durante los años 40 señalaban dos posiciones defensivas[2]. La primera era un nido de ametralladoras situada en el lugar denominado La Dubo, ubicado en la parte norte de la costa y a unos 400 metros del pueblo; mientras que la segunda posición era un nido doble de ametralladoras emplazado en el lugar llamado como Rosa de Comandina, en la parte sur, a 400 metros del pueblo y a 600 metros de la carretera general y enclavados en la misma costa. El nido de la primera posición estaba construido de hormigón y roca de costa y sus paramentos se encontraban camuflados con mampostería irregular en seco, siendo su planta rectangular con aspillera frontal y lateral. En cambio, el nido doble de ametralladoras estaba construido de hormigón y cada uno de ellos tenía una planta rectangular, con testeros semicirculares y una aspillera frontal y dos laterales, cruzando los fuegos entre sí. Se distanciaban uno del otro unos 30 metros pero se comunicaban por galerías subterráneas de 2 metros de altura por 1,50 de ancho, existiendo un depósito en el centro de la galería que no tenía techo, así como en algunos tramos de la llamada galería.
Desde la población de l’Ampolla se podía ver la punta del Fangar, la extremidad norte del Delta del Ebro y que tenía su extremidad sur en la punta de la Banya, comprendiendo una distancia de más de 40 millas. Tal y como describía el oficial inglés en su informe, el Ebro era un río que arrastraba gran cantidad de barro procedente de la descomposición de las tierras arcillosas que atravesaba durante su largo curso. Estas materias terrosas se iban depositando en el estuario, por lo que el delta avanzaba mar adentro año tras año. Toda la gran extensión de terreno que comprendía el llamado delta estaba cruzada por múltiples canales de regadío, ya que todo el terreno estaba dedicado al cultivo de arroz y cuando se hacía la recolección, los hombres se veían obligados a transportar a hombros la cosecha durante largas distancias porque los carros no podían llegar a los campos. Con esta descripción realizada por el oficial inglés quedaba claro que era completamente imposible realizar un desembarco en el mismo Delta del Ebro.
Posteriormente, más entrada la guerra y a partir de que el ejército franquista llegara al mar por Vinaròs en abril de 1938 y precisamente también para evitar también cualquier desembarco de tropas franquistas, se fortificó el Delta del Ebro. En este caso se construyó toda una serie de posiciones en la línea que va desde Amposta hasta l’Ampolla por la 1ª y 2ª Compañía del Batallón de Zapadores del V Cuerpo de Ejército, mandado por el teniente coronel Enrique Líster. De esta manera desde l’Ampolla y en dirección hacia Camarles se construyeron un total de 10 casamatas, todas del mismo tipo, de estructura cuadrada (aproximadamente de 4 metros de ancho por otros 4 metros de longitud), con una o dos aspilleras por donde abrir fuego y una sola entrada. De este modo se protegía toda la franja que quedaba desprotegida procedente desde el Delta del Ebro hasta Amposta, por si los nacionales querían hacer algún intento de ofensiva por este sector una vez que se habían establecido en el sur de del Ebro a partir de la ofensiva realizada en Aragón en marzo de 1938 y que había provocado el aislamiento de Cataluña del resto del territorio republicano.
Mapa de las posiciones
Hay que añadir como punto final que todas estas fortificaciones realizadas con el objetivo de contener un hipotético desembarco de tropas franquistas en el litoral de l’Ampolla nunca se realizó. De hecho, no se realizó ninguna operación de desembarco en ningún lugar de la costa catalana durante toda la guerra, aunque si que existieron diferentes planes para realizarlos, como fue el caso del 12 de enero de 1939 en las playas de la de l’Hospitalet de l’Infant o del 4 de febrero cerca de Palamós, a pesar de que ninguna de ellas se llevó a cabo.
[1] AGMAV. Caixa 2451. Carpeta 1. Document 54.
[2] CLARA, Josep, Els búnquers de la costa catalana. Patrimoni militar en temps de guerra (1936-1939). Col·lecció Camí Ral, núm 35. Barcelona. Rafael Dalmau Editor. 2012.