15 Feb Las Primeras Columnas de Milicianos en las Cuencas Mineras
Respecto a las columnas de milicianos que operaron en la zona de las Cuencas Mineras, ya en los enfrentamientos del 5 de agosto de Muniesa tomó parte la Columna Carod-Ferrer, probablemente la columna más aragonesa de todas las que se formaron[1]. El nombre de la columna lo tomó de su dirigente Saturnino Carod Lerín, anarquista aragonés natural de Moneva y secretario de propaganda de la regional de la CNT que englobaba a Aragón, Navarra y La Rioja. Carod se encontraba en Zaragoza cuando se produjo la sublevación, pero escapó la madrugada del día 19 de julio tras el acuerdo de la noche anterior de enviar delegados a diferentes lugares de la región para que los anarquistas rurales estuvieran preparados para responder a la sublevación. Carod se alejó hasta Tortosa, creando allí la columna, enrolando a los militantes para que se implicaran en la lucha por tierras aragonesas y llevando como asesor militar al teniente de la Guardia Civil José Ferrer Bonet. La columna fue aumentando en número gracias a que se fueron añadiendo gran cantidad de bajoaragoneses huidos de sus respectivos pueblos por miedo a los sublevados. En las inmediaciones de Calaceite se juntaron con la columna que procedente de Gandesa mandaba el teniente coronel Martínez Peñalver. La columna fue dividiéndose en diferentes grupos, dirigiéndose a diversas localidades como Caspe, Cretas, Valderrobres, Alcorisa y Alcañiz, para volver a unirse una vez se habían pasado a manos republicanas los diferentes pueblos de la zona. De hecho, la columna una vez se hizo con Alcañiz sin ningún tipo de enfrentamiento, se dirigió hacia la zona de Montalbán.
Imagen del pueblo de Martín del Río
En Alcorisa además se le unió otra columna denominada Morella por ser el lugar donde se formó, pero con preponderancia bajoaragonesa. La columna no sobrepasaba los 800 efectivos ya que algunos de sus miembros se iban quedando en sus pueblos de origen una vez se había sofocado la rebelión en éstos. La columna igualmente continuó avanzando por Andorra, Alloza, Ariño, Oliete y Muniesa. En esta última población los milicianos de la columna encontraron resistencia y tuvieron un enfrentamiento con las fuerzas rebeldes y los miembros de derechas del pueblo, sufriendo una veintena de heridos y seis muertos además de soportar el acosos de varios aparatos de aviación. Tras conseguir el objetivo de vencer a los sublevados de Muniesa, la columna se dirigió a la zona de Azuara, aunque la parte más numerosa de la columna en la que iba el propio Carod, se dirigió a Montalbán y Utrillas, donde estuvo situada una temporada. La columna abandonó la zona de las Cuencas Mineras tras la llegada a principios de septiembre de la recientemente formada columna Maciá-Companys, pasando la columna Carod-Ferrer a situarse definitivamente en la zona de Azuara.
Otra columna, esta más pequeña, que estuvo un breve periodo de tiempo por la zona de Muniesa fue la Columna Martínez Peñalver. Esta columna se había formado en Tarragona con unos 650 efectivos y mandada por el coronel Ángel Martínez Peñalver. Había salido de Tarragona el 24 de julio y tomó la dirección de Gandesa, de ahí tomó Calaceite junto a la columna Carod-Ferrer y después se dirigió a Alcañiz, entrando en la ciudad el día 26 sin oposición alguna. Posteriormente, la columna se dirigió hacia Muniesa y la zona de Belchite junto a la columna Carod-Ferrer, aunque poco después el coronel Peñalver dejaba el frente alegando falta de entendimiento con los demás dirigentes de las columnas.
Mapa sobre la zona de actuación de cada columna en el frente de Aragón
Pero sin duda alguna la columna que estuvo más tiempo en la zona de las Cuencas Mineras fue la columna catalana Maciá-Companys[2]. Esta columna se creó, como todas, en medio del ambiente revolucionario del momento, y fue Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) la impulsora de la creación de dos columnas: la Francesc Maciá y la Lluís Companys, formadas en gran parte por afiliados del propio partido, pero también de Estat Catalá, y por voluntarios catalanistas. La configuración de estas dos columnas no resultó fácil debido a la oposición de los representantes de las organizaciones políticas y sindicales, ya que tildaban a esta columna como contrarevolucionaria por su carácter nacionalista. La columna que contaba con el beneplácito del mismo presidente de la Generalitat, había pedido a los militares Vicente Guarner y al consejero de Defensa de la Generalitat, el teniente coronel de aviación Felipe Díaz Sandino la creación de unos efectivos formados por aquellos afiliados y simpatizantes de ERC y los partidos catalanistas, con la intención de cubrir la zona meridional del frente de Aragón.
Así de esta manera, el día 1 de septiembre Companys recibió a los responsables de la comisión organizadora de las columnas Francesc Maciá y Lluís Companys, que acabaron unificándose en una sola, y que se acabó constituyendo por 25 centurias agrupadas en cinco batallones dirigidos con militares profesionales, el comandante Iglesias y los capitanes Sierra, Pascual, Gómez Descalzo e Imbernón. La columna fue destinada a cubrir la zona de las Cuencas Mineras de Teruel, entre las fuerzas formadas en Cataluña y las columnas valencianas, integrada por un número importante de militares profesionales que le dio una mayor disciplina respecto al resto de unidades de tipo libertario. Finalmente quedó compuesta con unos 1300 hombres, dotados según el mismo Vicente Guarner con cuatro ametralladoras, diez o doce fusiles ametralladores y dos baterías de montaña, al mando del teniente coronel Jesús Pérez Salas, que había ocupado el cargo de responsable de la policia con Francesc Maciá y jefe de los Somatents durante los Hechos de Octubre de 1934. Contó además como comisario político al que fuera alcalde de la Seo de Urgell, Enrique Canturri.
Desfile de la Columna Macià-Companys por Barcelona a principios de septiembre de 1936
El 5 de septiembre la columna Maciá-Companys desfilaba sin armamento de ninguna clase por las calles de Barcelona como hecho previo a su salida que se produjo en la noche del 8 al 9 del mismo mes. El periódico La Humanitat del día 9 de septiembre publicaba la noticia de la salida la noche anterior de los integrantes de la columna[3]. La crónica periodística describía como a las diez de la noche había llegado a la estación de Francia, llena de público, la primera de las columnas procedente del Castillo de Montjuïc, mientras de otras autoridades como el general de la Guardia Civil José Aranguren y el consejero de Obras Públicas Pere Mestres, se añadieron a la despedida, además de diversos diputados. A las 11 de la noche la segunda columna pisaba el andén de la estación con un acogimiento efusivo por parte de los ciudadanos. Companys, con Ventura Gassol y Martí Rouret y los Mossos d’Esquadra llegaron un poco más tarde, en un verdadero baño de multitudes. Dos convoys fueron los preparados para transportar a todos los voluntarios, saliendo primero la columna Francesc Maciá, mientras que la Lluís Companys lo hizo una hora más tarde en otro convoy ferroviario hacía La Puebla de Híjar y de allí hacia Alcañiz donde se estableció la sede de su cuartel general. En esta ciudad también se publicaba el periódico de la columna Catalunya Antifeixista, Portaveu de la Quarta Columna Francesc Maciá – Lluís Companys, un periódico de guerra con artículos con notícias de los hechos bélicos en el frente[4]. A diferencia del resto de las columnas que ya habían salido para Aragón anteriormente, la columna Maciá-Companys no disponía apenas de armas hasta que se estableció en el frente. La columna por tanto estaba muy mal equipada y los armeros iban a las mismas trincheras a revisar las armas.
Sobre la composición de la columna cabe decir que la ésta fue aumentando sus efectivos de armas y otros elementos de logística, llegando a reunir unos 2000 voluntarios distribuidos en 5 batallones y a su vez en unas 25 centurias, incrementando también el número de baterías de artillería hasta tres y dotarlos con 25 ametralladoras y 28 fusiles ametralladores. Cada centuria estaba dirigida por un capitán y las unidades menores eran mandadas por soldados de tropa catalanas. Los mandos superiores a 100 hombres eran ejercidos en esa columna por capitanes del Ejército que tenían a sus órdenes 300 milicianos mientras que las unidades inferiores estaban mandadas por antiguas clases, que pertenecían al partido de Esquerra. Esto dio lugar que, sin llegar ni remotamente a constituir unidades del Ejercito, era aquella la columna que más se parecía a una organización regular en casi todo el frente de Aragón. Tenía nombrada un delegado civil; pero éste solo intervenía en los asuntos administrativos y todo lo concerniente al mando militar, lo ejercía el teniente coronel Pérez Salas. Al cabo de unas semanas, la comandancia se acabó instalando en Montalbán y, finalmente, en Oliete, aunque muchos de los milicianos que la componían seguían acudiendo a Alcañiz en sus momentos de ocio, ciudad ésta también donde desfilaron en julio de 1937 cuando el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, realizó una visita al frente.
Refugios de la tropa en Martín del Río
[1] Todo el tema de las columnas en Aragón está muy bien documentado en MALDONADO MOYA, José María, La Guerra Civil en Aragón (1936-1939). 2007
[2] Toda la información sobre esta columna está muy bien documentado en la obra que nos ha servido de referencia HERNÁNDEZ CARDONA, Francesc Xavier, ÍÑIGUEZ, David, La Columna Macià-Companys. Barcelona. Fundació Josep Irla. 2013.
[3] La Humanitat. 9 de septiembre 1936.
[4] Salieron publicados cuatro números, el primero el 9 de enero de 1937 y el último en abril de 1938.