El Servicio de Iluminación: su funcionamiento y situación en la costa catalana

El Servicio de Iluminación: su funcionamiento y situación en la costa catalana

El Servicio de Iluminación era el encargado de proporcionar la iluminación de una zona concreta para facilitar la acción o el servicio de la defensa de costas, sobre todo más concretamente para la utilización de la artillería de costa durante la noche, pero también para la vigilancia de diferentes sectores. Este servicio era necesario ya que la defensa tenía que estar en condiciones de actuar con toda su potencia y eficacia, tanto de de día como de noche. Entre los medios de iluminación utilizados el más generalizado era la utilización de proyectores, aunque también se utilizaron bengalas para iluminar una zona concreta durante un espacio de tiempo determinado. Con relación a su misión táctica, los proyectores se clasificaban en exploración y de tiro[1].

El número de proyectores de exploración por ejemplo debía disponer de tal manera que cumpliera una serie de requisitos como el ángulo que formaba la luz, la velocidad de rotación adecuada para iluminar el barco enemigo en un tiempo mínimo de cinco segundos, las dimensiones de la elipse y de la velocidad de los futuros blancos, etc… Así una vez era conocida esta velocidad de rotación, se calculaba la amplitud del sector a cubrir por cada proyector en función de la citada velocidad y del tiempo que necesitaba invertir el barco a su máxima velocidad para atravesar la zona útil de exploración para asegurar que era cortado por la luz del proyector una vez como mínimo. En cuanto a los proyectores de tiro, era conveniente que cada batería tuviera un proyector a su servicio y otro de refuerzo por grupo, aunque muchas de las baterías de la costa catalana no disponían de ningún proyector fijo aunque si se llegaron a montar proyectores en camiones para desplazarse allí donde fuera necesario.

Si nos atenemos a las normas generales para los equipos de proyectores de costas la primera de estas normas era que el servicio del proyector dependía del jefe de la batería de costa asignado, siendo éste el que daba la orden de encender o apagar el proyector, indicando los objetivos a iluminar. Los proyectores debían encender en servicio antiaéreo siempre que fueran requeridos para ello, además de que existían otros de esta especialidad con los que podían colaborar o incluso defensas antiaéreas activas que lo justificaran[2].

Barcelona iluminada por unos proyectores situados en Montjuïc

Barcelona iluminada por unos proyectores situados en Montjuïc

Respecto al personal que formaba el equipo, éste tenía la obligación de tener montado durante el día un servicio de vigilancia al lado del material y durante la noche un servicio de guardia por todo el equipo con la finalidad de asegurar un rápido funcionamiento. Asimismo, desde la puesta del sol hasta la salida del mismo, se constituía de servicio todo el personal que formaban los equipos de cada proyector, probando al inicio del servicio el funcionamiento del proyector, el cual debía enfocarse al suelo con las persianas cerradas. También debía probarse los teléfonos y las líneas telefónicas, dando las novedades al jefe de la unidad de quien dependía. De hecho se establecía que tenía que haber permanentemente un soldado al servicio del teléfono, al lado del mecánico, siendo el encargado de dar el aviso de encender, así como las indicaciones transmitidas por el observatorio o puesto de mando. Al personal se le tenía que subministrar su rancho de la misma batería a la que prestaba servicio, aunque tenían que pasar el cargo correspondiente mensual a la Jefatura de Iluminación y Sonido de la D.E.C.A. En las visitas de Inspección que tenía que hacer el teniente del grupo encargado del sector, se tenía que dar cuenta de todas las necesidades que se tuvieran de material, vestuario, averías, peticiones de permiso, etc… teniendo en cuenta en lo que se refería a permisos que no podía haber más de un soldado con permiso y con un plazo prudencial, ateniéndose al régimen establecido de la unidad a que estuviera afectada.

También se tenía que tener estudiados diversos emplazamientos para cada proyector por si las necesidades tácticas o su localización hacía necesario variarlo. El personal del equipo debía atender al perfeccionamiento de las obras de fortificación ejecutadas para proteger al material y las que sirvieran de abrigo y alojamiento. Además se tenía que llevar un cuaderno en el que se anotaran los servicios prestados diariamente (hora de encendido, tiempo de funcionamiento, etc…). Después de la limpieza del material el personal tenía que dedicar el tiempo a perfeccionar sus conocimientos en el empleo táctico del material de proyectores, situación de objetivos enemigos a iluminar, referencias y enlace con la batería, etc… Como norma general todos los oficiales, clases y tropa tenían que vestir en todo momento con propiedad el traje reglamentario, estuvieran donde estuvieran, procurando siempre que fueran aseados y vestidos. Además, en los primeros días de mes y a la mayor brevedad posible se tenía que enviar copia de los justificantes de vista de comisario, corregidos para su constancia, así como la relación nominal del personal que componía la Compañía con expresión de su destino; también de todo el material, indicando el lugar donde estaba instalado, dando cuenta igualmente de las altas y bajas de material o personal, indicando la fecha y el nombre si se refería a personal.

Por lo que respecta al proyector, este debía funcionar siempre con una resistencia intercalada en el área, (para la cual se tenía que proveer de ella a los proyectores que no la tuvieran), con objeto de regularizarla, debiendo trabajar a un régimen de salida de la dinamo que para los distintos proyectores era el siguiente: 90 v. 200 a. para los proyectores de 120 cm Sperry; 90 v. 120 a. para los proyectores de 120 cm Berliet; 90 v. 150 a. para los proyectores de 90 cm Sperry o Siemens; 90 v. y 100 a. para los de 90 cm Fist o Streyr; 70 v. 80 a. para los proyectores de 60 cm Siemens.

Proyector

Proyector

Por otro lado y con la finalidad de evitar las heladas en los motores, con las funestas consecuencias de las rajadas de los bloques que ello conllevaba, debía de echarse agua en los radiadores con un 10% de glicerina neutra o alcohol; pero en caso de no existir estos dos productos se tenía que sustituir el agua por el vino. Además, en condiciones más severas como frío intenso, se debían de poner los motores en marcha durante diez minutos cada hora y poner calentadores debajo del cárter para evitar que el aceite se helara, y sin poner en marcha el motor, se debía dar varias vueltas a la manivela; precauciones todas ellas para evitar las heladas en los proyectores. Igualmente, no se permitía el acceso al proyector a ninguna persona a menos que fuera acompañada por algún oficial de la unidad a que estuviera afecta. Las noticias de datos sobre el proyector u órdenes extrañas a la unidad a que estaba afecto, no se cumplimentarían indicando con el debido respeto al oficial o jefe que las determinara, debiendo dirigirse por lo tanto a las Oficinas de Iluminación y Sonido de la D.E.C.A. También tenían que estar llenos de gasolina y aceite los depósitos del proyector y camión y unas latas con repuestos. Se recomendaba además un especial cuidado en el aprovechamiento en lo posible de los carbones, evitando su derroche y mirando su conservación.

El oficial encargado del Destacamento tenía que cuidar de la situación del personal y material, vestuario, alimentación, repuesto del material, reparación de averías, etc… También tenía que estar en constante contacto con el jefe de la unidad a que servía al objeto de mejorar el servicio. No se permitía bajo ningún concepto la utilización del material en otros fines que fueran los suyos peculiares, como por ejemplo dar luz con los grupos electrógenos de los proyectores, ni tampoco cuando fuera relevada la unidad la que sirviera, se retirarían los proyectores a retaguardia; el material servía a la unidad pero no pertenecía a ella sino al sector encomendado. Respecto al entrenamiento del material, diariamente se tenían que dedicar las primeras horas de la tarde a la inspección y limpieza del material, cuidando especialmente la conservación del espejo, el cual se tenía que limpiar con alcohol y un algodón. Cuando fuera de cristal, dando el alcohol en pañadas en espiral del interior al centro y secando con el algodón en pasadas en sentido contrario, y con agua de jabón en la misma forma cuando fuera metálico. Esta limpieza se tenía que efectuar una vez a la semana por lo menos, haciéndola diaria con una gamuza o con un algodón. Igualmente se tenían que limpiar y conservar el meter, dinamo y demás mecanismos. Los proyectores y grupos electrógenos tenían que estar tapados durante el día a ser posible con lonas y convenientemente disimulados para pasar inadvertidos a las vistas del enemigo y de la aviación.

La costa catalana no contó durante el conflicto con muchos reflectores destinado a su defensa, aunque según una relación del verano de 1938, la distribución de estos por el litoral catalán era el siguiente[3]:

  • Reflector móvil de 1,20 metros en Puig Clapé (Portbou).
  • Reflector fijo de 1,20 metros en Roses.
  • Reflector móvil de 90 cm en Palamós.
  • Reflector móvil de 90 cm en Sant Feliu de Guíxols.
  • Reflector móvil de 1,20 metros en Malgrat de Mar.
  • Reflector fijo de 1,20 metros en Montgat.
  • Reflector fijo de 1,20 metros en Montjuïc (Barcelona).
  • Reflector fijo de 90 cm en Vilanova i la Geltrú.
  • Reflector móvil de 1,20 metros en Tarragona.
  • Reflector móvil de 90 cm en L’Ametlla de Mar.

Asimismo, también existieron por otro lado diferentes proyectores emplazados a lo largo de la costa catalana y utilizados sobre todo para la defensa antiaérea.

Mapa con la situación de los proyectores en la costa catalana

Mapa con la situación de los proyectores en la costa catalana

[1] MARTÍNEZ LORENZO, Comandante. Artillería de Costa. Madrid: 1941.

[2] AGMAV, C.315,2,14 /1-3. Información del 13 de noviembre de 1938.

[3] AGMAV, C.1156, Cp.16, D.3/5. Según una información republicana del 26 de julio de 1938.